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LúZbel

CMC

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Mis sueños profundos

que en un mar blanco me distingo

me aislo del mundo.

Cierro los ojos, coloreo

la voz sonora suena fuerte

y] el alma autísta queda inerte.

Pensar en los demás, surcar sus vidas

me siento como un extraño aqui enmedio

justo enmedio del silencio, la torre queda unida.

La cancha, una historia que se nos cruce

ya oigo...la pieza perdida del puzzle

que se une a mi 10 de Octuvre

y se rompe, ligado a mi siempre triste estuche.

Unas gafas, un ascensor...

una bandera erguida, firme sobre una puesta de sol.

Lágrimas y abrazos, almas sumisas de sus lazos de amor.

Una bandada de pájaros, una playa de piedras blancas

y una mujer sumergida, me mira y me sonrie sorprendida

yo abandono y saboreo en el corazón mi dulce y amarga herida.

La portería imbatida, mis hermanos hablan juntos

y volamos, inventamos mil historias y juntos lloramos.

Empiezan y se reproducen los nervios, sin deseos de confusión

ya sabemos que se peinan las ideas, las noches junto a ti, mi corazón..

que el anillo de la vida unida, se me perdió.

La tristeza se comparte, cierto arte

se quiebran mis suspiros

y este viejo traje, que me arde.

Y un insulto, típico de cualquier sujeto culto que me ade de cien a cien

reviento, y aún así dependo de él.

Ojalá nadar, rozar las algas, formir y olvidar como un triste pez..

Un gen, un cuerpo de mujer.

La más alta nevada, escuce y arde sobre mi piel.

La cuestión es no sentirse oprimido, sino querido..decida ústed:

dígame si mi luna, aquélla que me observa, me guiña un ojo,

llora y muere sin querer, bajo el dulce y tierno amanecer.

Una canoa sumergible, en nubes invisibes en la niebla.

Es pensar y no ser, o ser y no comer, o sufrir decadencias

ser fiel a una religión, ser intolerante con la ciencia.

Creer en mí y no balancearme entre móviles con falda

y crecer a través de un manto lúgubre de estrellas blancas.

Morir en un sueño futurista e irrealista, un anciano feliz y culturista

que se ilusiona con la caída de un ángel maquinista

de ilusiones]

Que en un prado, lleno y poblado de flores

una ausencia tenue y oscura me adormece con canciones

de cuna, la niña de mis amores.

Y nos fundimos dia a dia noche a noche,

mi cara tu perfume por las lunas de tu coche.

Finalmente me digno a esperar

me enfundo mis conductas e ideales

¡Oh, fuertes ideales!, y me digno a observar.

Que todo lo que sube, vuelve a bajar

que todo lo que baja, se queda donde está.

Y ahí estamos la mayoría,

en contra de lo que dicta

la maldita monotonía

que sin querer nos hace presos del destino

marca de mi agonía.

 

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